viernes, 18 de noviembre de 2016

Crowdfunding: ¿la nueva esperanza del cine?


A día de hoy, las producciones cinematográficas están cada vez más encorsetadas por criterios económicos. Claro está que el objetivo de todo bien comercial es el de obtener beneficio, pero a veces al anteponer este criterio se pierde gran parte del valor artístico que muchos consideran inherente a este medio audiovisual.

El gran ejemplo lo tenemos en Hollywood, la mayor y más influente productora de películas del mundo, que se caracteriza sobre todo por la realización de blockbusters y la imposición de una lógica narrativa enfocada a la satisfacció del gran público y, por lo tanto, garantice su éxito en taquilla y la recuperación del presupuesto.

Pero entonces, ¿qué pasa con otro tipo de producciones? Otras con enfoques diferentes y no tan condicionadas por las búsqueda de beneficio económico. Todos conocemos la existencia de lo que llamamos "películas independientes", aquellas cuyo presupuesto no procede de las grandes empresas y que tienen más libertad creativa en cuanto a temática, narración, etc.

No obstante, conseguir presupuesto para una producción cinematográfica no es coser y cantar. Es difícil conseguir inversión (necesaria, ya que toda película tiene sus gastos), sobre todo cuando se dan casos como que el director no sea conocido, o sea una propuesta argumental muy arriesgada, o sea una secuela de una película que no tuvo éxito...

Ante esta situación, el cine ha encontrado una válvula de escape en la red, utilizando un sistema que ya se utilizaba para otras aplicaciones y que ha tenido buenos resultados en otros casos: el crowdfunding.

El crowdfunding, también conocido como micromecenazgo o financiación en masa, consiste en la realización de pequeñas aportaciones económicas a través de una página web. Así, mediante la aportación de varios usuarios, se puede llegar a poner en marcha un proyecto.


El crowdfunding supone una nueva forma de conseguir que películas que por otros medios no podrían desarrollarse encuentren financiación. A su vez, da un gran poder a los usuarios, haciendo que ellos mismos puedan convertirse en productores mediante pequeñas cantidades de dinero y que puedan dar la oportunidad a proyectos cinematográficos que les despierten interés.

 Se trata de un método en el que la participación de los navegantes es esencial, ya no sólo porque es necesaria su financiación económica sino porque muchas veces es la única manera de que éstos ejerzan cierto poder sobre las producciones cinematográficas.

Las webs de crowdfunding utilizan generalmente una estética llamativa, con combinaciones de colores y grandes fotografías de los proyectos que llamen la atención e inviten al usuario a invertir en ellos. A su vez, es fundamental un diseño accesible y de fácil navegabilidad, que explique claramente al usuario el proyecto en el que va a invertir y permita a los interesados poner en marcha uno fácilmente.

Como ejemplo estaría el famoso caso de la serie Veronica Mars, que fue cancelada por la cadena, dejando a sus seguidores con un final abierto e inconcluso. Años después, su creador, Rob Thomas, puso en marcha el proyecto y, mediante aportaciones crowdfunding, los fans pudieron tener acceso a una continuación en forma de película.


Algunas de las webs de crowdfunding más conocidas son Kickstarter, Indiegogo, Ulule, Goteo, GoFundMe o Lanzanos.

Pese a no ser una web de cine propiamente dicha, ya que se utiliza para numerosos fines, es importante destacarla puesto que es una de los nuevos caminos que se han abierto para el cine gracias a internet. Es cierto que no todos los proyectos se resuelven como es de esperar, ya que dependen mucho del interés de los usuarios en la financiación del proyecto y de que los miembros del equipo de producción administren eficazmente el capital obtenido. Lo que es seguro es que el crowdfunding supone una alternativa en el panorama de la industria fílmica y un paso más en tema de diversidad de contenidos.

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